Día del Videojuego: La Evolución de un Formato Interactivo.
Los videojuegos han pasado de ser un simple pasatiempo a convertirse en una forma de arte y narrativa interactiva que ha roto barreras y estigmas. En este artículo, exploramos cómo el medio ha evolucionado desde los clásicos como Pac-Man hasta obras maestras como The Last of Us, destacando su impacto social, cultural y educativo.
El 29 de agosto es una fecha especial para los fanáticos del joystick, el teclado y la pantalla táctil: ¡el Día Mundial del Videojuego! Esta celebración, nacida en 2008 gracias a revistas españolas como Hobby Consolas y PC Manía, se ha convertido en un evento global que reúne a millones de personas para rendir homenaje a uno de los medios de entretenimiento más influyentes del siglo XXI.

Y sí, a pesar de los prejuicios y estigmas que han acompañado a los videojuegos desde su aparición, la cultura gamer sigue en expansión como un boss final difícil de derrotar.
Los libros nos cuentan historias, el cine nos muestra imágenes, pero en los videojuegos tú decides cómo avanza el relato.
De Pac-Man a The Last of Us: El poder de una nueva narrativa.

Para entender por qué los videojuegos son tan importantes, hay que mirarlos más allá de las pantallas. No son solo un simple pasatiempo ni una forma de “matar el tiempo” (aunque claro, en algunos juegos a veces matar es parte del tiempo -badumtss-). Los videojuegos han evolucionado en una forma de narrativa interactiva, donde tú, el jugador, no solo eres un espectador, sino el protagonista. Los libros nos cuentan historias, el cine nos muestra imágenes, pero en los videojuegos tú decides cómo avanza el relato.

Imagina que estás en The Legend of Zelda: Breath of the Wild. No solo sigues una trama, sino que interactúas con el vasto mundo de Hyrule, resolviendo puzzles, luchando contra monstruos y creando tu propia versión de la aventura de Link. La idea de la "elección" en los videojuegos es fundamental: tú eres el narrador en conjunto con el guionista. Autores como Jesper Juul, un investigador clave en la teoría de los juegos, han discutido cómo este medio ha logrado convertir al usuario en co-creador de la historia. ¡Aquí no eres solo un lector pasivo, eres el héroe!

Imagen. Jesper Juul fue la primera persona en obtener un doctorado en Estudios de Videojuegos.
Los viejos estigmas, ¿Game over?

Sin embargo, durante años, los videojuegos fueron el jefe final para muchos detractores que veían en ellos una amenaza. Seguro has oído cosas como: "Te vas a volver violento", "Te vas a quedar ciego", "Eso no es arte". Estas afirmaciones se han ido quedando obsoletas. Estudios recientes como el de la American Psychological Association han demostrado que no existe un vínculo directo entre los videojuegos y el comportamiento agresivo. Sí, es verdad que en Call of Duty hay casi munición ilimitada, pero no por eso todos vamos a acabar como Viktor Reznov (¡Ya lo decía Doomguy, la violencia es solo en el juego!).

Incluso ese viejo mito de que los videojuegos “te desconectan del mundo” ha sido cuestionado. Hoy en día, juegos como Among Us o Fortnite son espacios sociales donde los jugadores colaboran, compiten y, sí, también se traicionan como en una versión digital de "El juego del calamar". ¡Pero, hey, todo por la diversión!
Imagen. Amon Us, por su lado cooperativo y de interacción entre jugadores (eliminados o no), se volvió un auténtico fenómeno en 2020, durante el confinamiento.
Los videojuegos combinan gráficos espectaculares, bandas sonoras épicas y guiones dignos de una película de Oscar, todo con un toque único: la interacción.
Jugando con el arte: Un nuevo lienzo digital.


Y aquí llegamos a otro punto interesante: ¿son los videojuegos una forma de arte? La respuesta es un rotundo sí. Aunque algunos aún lo vean como una industria de mero entretenimiento, creadores como Hideo Kojima (con su obra Death Stranding) han demostrado que los videojuegos pueden ser tan artísticos y complejos como una pintura de Picasso o una novela de Hemingway. Los videojuegos combinan gráficos espectaculares, bandas sonoras épicas y guiones dignos de una película de Oscar, todo con un toque único: la interacción.

Journey, por ejemplo, es una experiencia visual y emocional que ha sido alabada por su capacidad para contar una historia profunda sin una sola palabra. En él, el jugador atraviesa paisajes desérticos en busca de un misterioso destino, todo acompañado de una música cautivadora que se adapta a cada paso que das. ¿No es eso arte en su máxima expresión?

Y ni hablar de The Last of Us Part II, una obra maestra que no solo desafía las convenciones del género de acción y aventura, sino que explora temas tan humanos como la venganza, el amor y la pérdida, dejando una huella emocional que pocos medios logran. Tal y como un buen libro o una gran película, los videojuegos tienen el poder de emocionarnos, hacernos reflexionar e, incluso, cambiar nuestra perspectiva del mundo.

Los jugadores se enfrentan en competencias que rivalizan con eventos deportivos tradicionales.
Del miedo al respeto: La evolución del videojuego.

En lugar de ser un simple pasatiempo de niños o una fábrica de violencia, los videojuegos se han convertido en un fenómeno cultural que influye en el arte, la educación y la vida social. Juegos como Minecraft son utilizados en las aulas para enseñar conceptos de arquitectura, historia y colaboración. ¡Sí, ese mismo juego en el que probablemente has pasado horas construyendo castillos o huyendo de los creepers es ahora una herramienta educativa!

Y no podemos olvidar cómo los eSports han alcanzado niveles de popularidad impensables. En torneos de títulos como League of Legends o Dota 2, los jugadores se enfrentan en competencias que rivalizan con eventos deportivos tradicionales, mientras millones de espectadores los siguen en vivo. Esto no solo demuestra la profesionalización del gaming, sino también su capacidad para conectar a personas de todas partes del mundo en una arena digital.
"Presiona Start" para el futuro.

El Día Mundial del Videojuego es más que una excusa para pasar horas jugando sin sentir culpa: Es una oportunidad para reflexionar sobre cómo este medio ha roto barreras, se ha reinventado y ha demostrado que es mucho más que una pantalla y botones.

Así que, ya sea que prefieras sumergirte en mundos de fantasía como Skyrim, construir tu propia ciudad en SimCity, o sobrevivir en una isla desierta en Animal Crossing, recuerda que los videojuegos no solo nos entretienen, también nos conectan, nos desafían y, en muchos casos, nos llegan a la patata.
Imagen. Carmine, de Gears of War, se quedará en el recuerdo de más de un jugador de esta saga... ¡No haremos spoilers!

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